Día
de los Reyes Magos:
En el Evangelio de San Mateo, la primera manifestación de Jesús, el hijo de
Dios, fue cuando los Reyes Magos llamados Melchor, Gaspar y Baltazar, venidos
de Oriente, llegaron ante el portal en el que había nacido y le adoraron.
Llegaron, con regalos cada uno: oro, incienso y mirra, y fue la manifestación
de Jesús a sus discípulos, al pueblo de Israel y al resto de la humanidad para
que supieran de su existencia.
Una vez entregados los obsequios al niño se retiraron siguiendo la estrella de
Belén, la misma que los llevó hasta el pesebre. Por ello, existe la creencia
que la constelación conformada por tres estrellas en línea del cinturón de
Orión, son Melchor Gaspar y Baltazar.
El significado de los regalos:
Incienso:
Sólo se le ofrecía a Dios, por lo que llevarle a Jesús, era señal de su
divinidad.
Mirra:
Señal de la humanidad de Cristo y su misión de vivir y morir por los hombres.
Oro:
Entregado sólo a los reyes, lo que marcaba a Jesús como el rey de los judíos.
El cuarto Rey Mago, Artabán:
Se
cree que junto a Melchor, Gaspar y Baltazar viajaba un cuarto mago, Artabán. Se
dice que, Artabán esperaría a los reyes en Borsippa, su hogar, para seguir con
ellos a Belén. No obstante, nunca ocurrió por causas del destino.
Llevaba para el niño, rubí, jade y diamantes, pero se encontró con un hombre asaltado y golpeado. Artabán le dio asistencia y una piedra preciosa para ayudarlo, con la consecuencia del retraso en su viaje a su casa. Al llegar encontró una nota de los tres reyes magos que no podían esperarlo más. Artabán continuó su viaje a Belén, pero, ya no estaba el niño Dios, pues María y José con el niño habían huido a Egipto tras la orden de Herodes de asesinar a los menores de dos años.